Ejemplos de uso de compadecer
1. Y, además, como le decía Jesús de la Serna a Juan Luis Cebrián, "tenía que comer solo en su camarote"... Es esa imposibilidad de compadecer su idea con la realidad la que fue distanciando a Julián Marías de EL PAÍS, incluso de sus páginas, que abandonó...
2. "El buen cine bélico nos hace comprender que la guerra trae siempre el viento siniestro de la desolación, nos ha hecho odiar a los verdugos y compadecer a las víctimas [...], nos intenta explicar cómo se puede sentir el horror del conflicto y consigue que se nos cuelen en el alma destellos de esa terrible sensación" (del libro Esto es un infierno, de Guillermo Altares). Pues a por ello va Hollywood. 5 de 13 en Cultura anterior siguiente
3. Era lo que él creía entender de mi tarareo sin sentido, pero yo nunca había escrito nada". Otro encuentro previo con un seguidor, Mick Jones, de The Clash, que produjo un disco de Hunter en los ochenta, resultó menos agradable: "Pensaba que yo era Dios y no alguien normal". Quizá esa actitud le ayudó en los noventa a rechazar una oferta para convertirse en vocalista de The Doors: "Poder decir no es algo maravilloso". Y debe de ser la razón para compadecer a Bob Dylan, una de sus influencias: "Un perpetuo observador.
4. Será porque no podemos resistirnos a transformarlo todo en una competición o porque el mundo necesita ganadores a los que admirar, envidiar o discutir, según la naturaleza de cada uno, y perdedores a los que compadecer, en el mejor de los casos; pero lo cierto es que no hay nadie que esté a salvo de las comparaciones ni oficio que no tenga su olimpiada, y por ese motivo, sin querer oír al escritor Mark Twain, que ya nos avisó de que en este mundo hay tres tipos de mentiras que son los embustes, las patrañas y las encuestas, nos pasamos la vida haciendo precisamente eso, encuestas y sondeos: quién es el político más influyente del país, el más fiable, el que merece menos crédito; quienes son las 10 personas más poderosas, las más admiradas, las más guapas; quiénes son los más ricos, los menos amables, los más deseados, los peor vestidos?
5. Será porque no podemos resistirnos a transformarlo todo en una competición o porque el mundo necesita ganadores a los que admirar, envidiar o discutir, según la naturaleza de cada uno, y perdedores a los que compadecer, en el mejor de los casos; pero lo cierto es que no hay nadie que esté a salvo de las comparaciones ni oficio que no tenga su olimpiada, y por ese motivo, sin querer oír al escritor Mark Twain, que ya nos avisó de que en este mundo hay tres tipos de mentiras que son los embustes, las patrañas y las encuestas, nos pasamos la vida haciendo precisamente eso, encuestas y sondeos: quién es el político más influyente del país, el más fiable, el que merece menos crédito; quienes son las 10 personas más poderosas, las más admiradas, las más guapas; quiénes son los más ricos, los menos amables, los más deseados, los peor vestidos...